Cada historia tiene un comienzo
¿Cuál es la historia de la Finca? ¿Cómo comenzó?
Mientras viajaban por Latinoamérica allá por 1981-1982, Pieter y Marga se enamoraron con los espacios de Bolivia, su cultura auténtica y su gente. Fue tan tentador quedarse a vivir en este nuevo mundo, que dejar su Holanda natal fue fácil. Adquirieron esta prometedora tierra y la llamaron “La Víspera”, lo que refiere a la celebración que está por venir, una completa nueva vida, llenas de expectativas.
¿De dónde vienen ellos?
Marga viene de una familia donde la belleza, música, escritura, diseño pintura, jardinería, buena comida, teatro, colores y telas eran parte de la vida diaria. Es conocida por su perspicacia, es paisajista y muy receptiva. Pieter es descendiente de una familia de ermitaños, dueños de un pub y tienda de abarrotes; es un amante de la construcción, el abastecimiento de agua, los caballos, perros y árboles. Es un hombre tan carismático como incansable.
En Holanda, ambos trabajaron en el mundo de la educación durante 10 años. Fue en ese periodo que Pieter, que toca piano desde niño, tomó un curso de 3 años durante las noches para convertirse en afinador de piano. Los primeros 8 años en Bolivia, el ingreso vino de tours de 4 meses alrededor del país afinando y restaurando pianos. Durante ese tiempo ambos llegaron a conocer este país, sus costumbres y sus raíces.
El resto del tiempo se lo pasaron “inventando” la Finca, escuchando las fantasías, sueños del otro y preguntándose: “¿todavía sentimos ese cosquilleo de estar en un parque de juegos?”. Esta tierra era vasta y ofrecía mucho espacio para el desarrollo de sus talentos y la inspiración, para crear su propio paraíso.
Todo se siente en orden, hay muchos detalles; ¿cómo lo hicieron?
Orgánicamente, paso a paso, prestando atención todos los días, combinando su pasión por la jardinería con las curvas del suelo, usando materiales de la zona y con buena administración. Haciendo lo que hacen los bolivianos: desarrollando varias fuentes de ingreso. Y también dando la bienvenida a los sorprendentes talentos de toda la gente que trabajó en la Finca en ese tiempo. Aprendiendo a manejar contratiempos y decepciones, siendo generosos y prácticos en la búsqueda de necesidades de los huéspedes.
La Finca
La Finca es nuestro hogar, lugar de trabajo, campo de juegos & santuario. Es tierra antigua vibrante, donde la agricultura tradicional formaba el paisaje. Introduciendo la horticultura biológica moderna, desarrollamos una fusión, hoy en día conocida como la permacultura. La Finca se ha convertido en nuestra principal fuente de verduras, frutas, hierbas, condimentos, medicinas y conservas.
Puede encontrar nuestros productos frescos a la venta directamente con nosotros, enviamos todos los dias a domicilio o en oficinas del transporte publico en scz. También proveemos flores comestibles, hierbas y vegetales a restaurantes, pastelerías y salones de té, diariamente.
El Herbolario
Diariamente secamos hierbas y se las procesa en deliciosas mezclas y extractos de hierbas. Además producimos “chutney” de mango & tomate cherry, mermelada de ruibarbo, flor de jamaica, mousse de Mango y néctares frutales. Nos especializamos en las verduras de hoja y flores comestibles. Nuestros productos se aplican en el menú Slow Food del Café Jardín.
CAFÉ JARDÍN
Slow Food, comida hecha al instante con ingredientes frescos directo desde nuestras terrazas. Y, por supuesto, con mucho amor.
Eco-Construcción
Todas las casas bellamente terminadas están construidas principalmente con materiales locales naturales. Hemos estado jugando con formas circulares, la Proporción Dorada Φ y el Feng Shui. En las casas redondas aplicamos adobe común y superadobe, reciclamos botellas y llantas, utilizando diversas técnicas y expresiones artísticas.
Parque Nativo
La Finca alberga unas 90 especies de aves; se puede encontrar iguanas, zorros, erizos, ardillas, zorrillos, comadrejas, cuys, murciélagos, a veces incluso un venado andino, un puerco espín o un gato montés.
En el Parque Nativo cuidamos plantas y árboles nativos. Los muros de piedra son un recordatorio de la antigua Vía del Inca conduciendo al santuario local, las actuales ruinas de “El Fuerte”.