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19. Desencantado país.

En medio de la agradable recuperación de casi olvidados recuerdos del tiempo en que mi Bolivia aún era un mundo encantador, el gobierno del MAS empieza a arruinar mi serena ecuanimidad: los presuntos instigadores del ‘golpe de estado’ de noviembre de 2019 serán aprehendidos. La nueva aprensión que nos inflija nos está invadiendo. Y no me deja continuar estas historietas mías más, por el momento. Llamamos a un amigo cruceño empresario para escuchar su opinión sobre la aprehensión de exministros, militares y policías de alto rango. Él nos aconseja quedarnos felices en nuestro paraíso y opina que el país vive la tiranía. Otro amigo no tiene ganas de volver a las calles de pitita, se siente usado por los políticos, echa la culpa de las nuevas medidas, por parte, a la gestión misma de la expresidenta Jeanine Añez y dice que el país está todavía demasiado dividido en grupos con ideas opuestas para poder actuar de alguna manera. Un tercero opina que no se puede hacer mucho ahora por causa de la pandemia, tendrá que pasar primero ella. Otra habla de su pena por la pobre Jeanine, se siente impotente ante la situación, y adjunta que su falla había sido no haber podido unir a los partidos, ni siquiera por ser una mujer tan atractiva. El vecino aclara que no hay muchas protestas porque los empresarios en Santa Cruz no tienen ahora el contacto que antes sí mantuvieron con el gobierno del MAS, no deben saber cómo reaccionar todavía. Y al último escuché afirmar: cuando tú quieres ser político en Bolivia, haz de tomar el riesgo de ser encarcelado, para luego surgir más fuerte, ni modo.

Nosotros, los abuelitos forasteros, sentimos surgir una urgencia irreprensible para protestar y unirnos a un Movimiento. Tal lasitud, tal cinismo, tal indiferencia, tal prudencia y tal impotencia nos hacen los días oscuros. Nos deprimen tanto que hablamos de irnos por lo menos doce meses. ¿A dónde iremos?, ¡escapemos! Y carajo, volveremos a Bolivia recién cuando la resistencia esté en su máximo esplendor y participaremos en la edificación de una Bolivia democrática, justa y sana.

Luego nos reconfortamos una media hora al ver los videos del paro general de octubre y noviembre de 2019, reímos al escuchar el video en el avión cuando los pasajeros logran ahuyentar al expresidente Evo aun tan presente. Y claro, no salimos de viaje, todavía no, la pandemia nos tiene atrapados.

El abrazo entre Jeanine, la presidente de Bolivia, y Eva, la presidente del senado.

Los días siguientes analizamos la situación constantemente, horas y horas, leemos los periódicos y, abatida una noche, busco en vano consuelo mirando las fotos esperanzadoras del periodo de Jeanine. Los videos de hoy alimentan mi imaginación. Empiezo a ver imágenes de crueldad y tortura, y un solo grito está tomando forma en mi cabeza. Ya pronto se empodera de todo mi cuerpo y no puedo hacer más que tejer y tejer y tejer, ambos palitos número 2,5 firmemente puestos en las axilas y los brazos rígidos contra mi cuerpo, creando una chompa de hilo fino de suma belleza. Pero ya no me sirve para apaciguar la mente, el:

YO SOY JEANINE

ya se me escapa y me catapulta al lado de ella. Revivo el gobierno de esa mujer de solo un añito, cuando yo, al menos, sentía una perspectiva de una posible reconciliación. Ella no se cansa, no se rinde, aún bajo los constantes ataques de los políticos antiguos, tanto de la derecha como de la izquierda. Y luego también de los nuevitos, surgidos de la oposición en las calles. Y no podían formar ni un solo frente, los ególatras, los machistas de siempre. No veían la apertura, la chance de un posible cambio de rumbo de este país, de romper el círculo vicioso, ¡justo!, por apoyar a una mujer fresca y con ganas de pacificar y unificar el país de un pueblo tan dividido, tan trinchado, tan enfermo aún. NO, en lugar de nombrar a ella de candidata única, acercarse y formular una política inclusiva… NO, ellos preferían irse ciegamente, todos consigo mismos, alucinados con el poder, erráticamente convencidos de que son el único hombre heroico y capaz, bajo la pérdida de una chance de girar la suerte de todo el país.

Relajo un poco al ver los Cabildos. ¡No fue golpe, fue fraude!, me suena muy político, ¡profundiza las trinchas aún más! ¿Por qué no se enfocan en la brutalidad del encerramiento de Jeanine?, que, para mí, más y más se empieza a convertir en el símbolo esencial de todo el espectáculo.

No me creen, aun así, ahora mismo estoy al final del libro ‘Raza de Bronce’ (1919) de Alcides Arguedas, uno de los clásicos de la literatura boliviana. Allí leo, resumiendo:  El mentor viejito Choquehuanka somete a la consideración de la reunión de cientos de indios, lastimados y furiosos por la desgracia hecha por las manos de sus patrones, las opciones que tienen: “Ya les he hecho ver claramente, de experiencia propia de largos años, las terribles consecuencias de la venganza por nosotros mismos. Sin embargo, si quieren que mañana vivan libres sus hijos, no cierren nunca los ojos a la injusticia; si anhelan la esclavitud…” un largo silencio cae, inhala y suspira: “Elijan ustedes, ahora.” Y la muchedumbre se cambia en una horda ciega y fatal, sedienta de un deseo de venganza y de muerte, bajándose camino de la casa patronal. Y el viejito curvado espera en las alturas, sentado al lado del cuerpo de la mujer Wata-Wara, que fue matada, defendiéndose heroicamente, por el patrón el mismo día. Observa la planicie allí abajo y al mirar el espectáculo de la hoguera y la quema de la casa patronal, con todos adentro, su viejo y gastado corazón vuelve a latir de alegría.

Y justo estos días, cien años más tarde, su tocayo, otro Choquehuanca, el vicepresidente, que sabe hablar tan hermosas palabras de su cultura aymara, sabia y profunda, y no tan revanchista que se piense, está de presidente por ausencia del presidente Luis Arce. Y un relámpago me cruza mis pensamientos: ¿Obedecería al partido, cobarde, o elijaría ser indulgente, sabio y profundo, y liberará no solo a la Jeanine, sino también a sí mismo y a todos los demás seguidores del MAS de una cierta infamia futura? ¿Tendrá el coraje de aprovechar la oportunidad? ¿O se ha perdido la dirección y su propio destino bajo tanta presión?

Me acuerdo de un taxista en Santa Cruz, oriundo del valle alto de Cochabamba, que me comenta de su ardiente apoyo al partido del MAS. “Y qué pasará con la economía del país si el partido se aleja demasiado de los empresarios cruceños, ¿no le parece riesgoso? ¡Imagínese que sus hijos ya no puedan ir a la escuela, que los colegios se cierren!, ¿no le parece una pérdida y una pena para ellos?” le pregunto. “No me importa,” me contesta bruscamente, “volveremos a sembrar papas. Sobreviviremos sin problema”.

Y ahora me pregunto: ¿Será que en su alma existe un deseo profundo, tal vez inconsciente, de volver a la época cuando su cultura fue cortada de golpe por la bruta invasión de los españoles? ¿Y desde allí seguir el camino propio que le fue robado hace 500 años atrás? Nadie me puede dar la respuesta definitiva.

Lo que sí pasa es que los descendientes, ya mayormente mestizos, se han distribuido para vivir por todo el país. Aún siguen y entran hasta las entrañas del trópico, donde, a su vez, amenazan con quitar a los indígenas de hoy los sagrados territorios suyos. Ya no es la venganza, creo, la que los empuja a buscar petróleo, oro, el cultivo de soya transgénica y de hoja de coca. Tal vez es la ilusión de comprarse su propio camión o mejor una avioneta, algún día, para transportar una carga valiosa cualquiera. No veo allí sabiduría ni el socialismo como yo lo entiendo. Y no se ve muy civilizado, no tan civilizado como los Malls, las avenidas, los palacios del Urubó o los edificios altos de departamentos para los nuevos ricos en Santa Cruz. Sin embargo, no veo muchas diferencias, en el fondo, tampoco.

Lo que observo es que todos los bolivianos tienen un gran deseo en común: lo de ser libres, de poder hacer lo que quieran, nadie les va a quitar su libertad, nunca. En sus corazones son mercenarios y piratas, y se sienten orgullosos por ser así, en especial cuando logran tener resultados exitosos. Y nosotros, los aventureros, decidimos vivir entre ustedes, quizás, por parte, por esa libertad también. Cuando cantan sus solemnes himnos, solo una palabra se escucha claramente: LIBERTAD, libertad, libertad. Lo siento mucho, no me convencen. No creo que lo sientan de verdad.

Es que comprendo que la manera con la que tratan conseguir la libertad es así: son discretos y bien versados en mantener un perfil bajo, en maniobrar atrás del telón y quedarse abajo del radar, casi invisibles moviéndose por la jungla que el país en realidad es. Justicia no existe, no hay transparencia ninguna, se llevan dobles administraciones y esconden su agenda verdadera, pagan debajo de la mesa, hablan con lengua doble, sus discursos públicos son siempre larguísimos y han de ser gritados y saben usar las palabras de cortesía para tapar sus verdaderos sentimientos, virtuosamente. Enfocados en posibles traición y venganza, alertos por competencia, o tal vez por vergüenza, empiezan a susurrar, cierran la puerta, o miran alertas sobre los hombros a no ser descubiertos. Discúlpenme, ¿eso se llama libertad?

Ojalá digan la verdad de que llegarán las vacunas a Samaipata al principio de abril, porque pensamos irnos de viaje a Finlandia este año. Tenemos un plan de acción: al principio del mes de julio, cuando ya no se oscurece y podemos disfrutar del sol día y noche, tomaremos el tren de Helsinki hacia la ciudad más al norte, Rovaniemi, la capital de Laponia. Allí vive el pueblo indígena de los países nórdicos, cerca del círculo polar. Allí nació el Papá Noel, el país debe ser muy encantador, la gente se viste muy colorida, y está lleno de parques naturales bien cuidados. Y aprovechamos nuestra estadía allí para investigar si los indígenas lapones finlandeses se sienten igual, tan felices, como el resto de los finlandeses más al sur.

Es que Finlandia salió ya por cuarta vez consecutiva número uno de los países más felices del mundo, y una hermosa mujer de 35 años es la primera ministra. Lo más destacado es que ocupan otra vez el primer lugar por tener mucha confianza mutua entre los habitantes. A pesar de que, o, tal vez justo porque la historia de su país muestra que sufrieron mucho, hasta incluida una guerra civil, entre la derecha fascista y los demás. Su más grande desafío siempre ha sido mantener su libertad e independencia. Bolivia bajó a número 69, un poquito arriba de la mitad de todos los países del mundo, un dato que me da esperanza, y Venezuela está de número 141, casi por abajo.

Ahora mi propuesta: iremos con la seria promesa de no quedarnos a vivir allí, al frío invernal no sobreviviremos, más bien preguntaremos a los finlandeses de qué manera lograron alcanzar la confianza mutua y qué les hace tan felices. Y las respuestas se las haremos conocer directamente a nuestra vuelta. Y a cambio espero que ustedes no se queden con los brazos cruzados y que ya empiecen a deliberar, seriamente, si valdrá la pena prepararse para una guerra civil o, al contrario, de acercarse, paso a paso, para abrir el largo camino hacia la verdadera libertad de justicia, transparencia y relaciones personales abiertas, sin miedo o vergüenza. ¿De acuerdo? Tomen nota; ¡Dale!

Samaipata, entre el 10 y el 29 de marzo de 2021.

Fotos adjuntadas:

– El abrazo, foto encontrada en internet.

– Pérdida de dirección, foto, Crooymans, Países Bajos, 2020

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Comments (7)

  1. Nathaniel Reply

    Leer la percepción que tiene Melendre es muy gratificante, Todos deberíamos autoevaluar de la misma forma el escenario en el que vivimos. Difícil de esquivar y que de igual manera nos afecta.

    Tengo la confianza que estos desafíos, en común acuerdo, se lograrán superar para el bien de nuestra Bolivia. Al menos la confianza es lo último que se pierde.

  2. Liliana Reply

    Me encanta la propuesta!!!
    Por mi parte….
    Seguiré trabajando en mí misma, para que brote la confianza, la justicia y la libertad… el cambio siempre empieza por uno.
    Y trabajaré en la educación, fortaleciendo los dones de nuestros amados niños y jóvenes, que se sientan únicos, valiosos y respetados, así… tal vez podamos compartir un mundo sin miedo.
    Mi abuela siempre me repetía este mensaje:
    “Caras vemos, corazones no sabemos”.

  3. Rosa Leny Rodriguez De Vega Reply

    YO SOY JEANINE
    El error de Jeanine Añez, fue dejarse convencer por sus ambiciosos asesores y postularse como candidata a la Presidencia, pero eso es pasado.
    Lo que sí es verdad es la historia, que en el poco tiempo de mandato de la Ex Presidenta Constitucional de Bolivia, demostró su capacidad, sensibilidad, ecuanimidad, amor y respeto que tiene una mujer cuando gobierna.
    Le toco lidiar con una Pandemia inédita en el mundo, donde nadie tenía la fórmula de la solución, con un sistema de salud en las peores condiciones en nuestro país, pero gracias a las medidas tomadas, las cifras de personas fallecidas fueron menores que en otros países de Latinoamérica, en la primera ola de contagios del Covid 19.
    YO SOY JEANINE y estoy con el corazón dolido por la injusta detención de Jeanine, e indignada por un sistema judicial corrupto y también por el actual gobierno que promueve el odio, venganza y destrucción.

  4. Jose Luis Vega Lopez Reply

    Gracias Melendre por expresar, el sentimiento y pensamiento de muchos bolivianos, que no pueden hacer escuchar su voz.
    DESENCANTADO PAIS, Es el grito de Melendre que se escucha por medio de la palabra escrita, es un don poder escribir, es el testimonio de la voz de impotencia, de cómo los políticos pueden destruir un país.
    Pero la esperanza es lo último que se pierde y cuando retornen de Finlandia, traerán la fórmula del bienestar y convivencia pacífica y la difundiremos para alentar la esperanza y construir un mejor país con justicia y libertad.

  5. Corien van Vliet Reply

    Gracias por compartir tus pensamientos, visiones y sentimientos. Como usted dice, Bolivia es un país encantador y de mucho encanto. Sin embargo gobernado y habitado en parte por “hechiceros” buscando de tener razón, como reflejo y representación de su verdad. Es una nación de posibilidades ilimitadas, gente creativa, soñadora, trabajadora, cuando aplican el don de ver más allá de la política y las decisiones tomadas por los antecesores. Cuando aplican su magia no para desaprobar y juzgar cada paso tomado por aquellos que son visto como oposición, pero ejercen y emplean su habilidad para encantar en una forma creativa, dando alas a todos los pobladores serán nuevamente un país de encanto dejando atrás su energía desencantada. Con mucho cariño, admiración y amor por Bolivia y ustedes desde Holanda.

  6. Jorge Reply

    Como bien Melendre pudo leer: Pueblo infante y su complejo proceso de mestizaje. Me encanta tu proyecto que tienes en Finlandia. Esa mujer que no se cansa, que acciona. Nosotros deberíamos seguir el ejemplo, accionar.
    No podemos olvidar que nos pueden encarcelar, pero no quitarnos los principios que cada quien cultiva.
    Accionemos, casa quien en su rubro, porque talvez es un facilismo quedarnos con palabras que inmediatamente se fugan en ese tren del olvido.

  7. Harold y Eliana Reply

    DESENCANTADO PAIS
    Que bueno leer tu ultimo Blog, es como quien habla
    del corazón a un País, su casa, su hogar, su familia
    es que, solo viviendo en la intimidad podemos desencantarnos,
    Tal cual lo describe Melendre, y lo ilustra con los comentarios
    falta de confianza, rabia, enojo, y frustración. Estamos, en un
    circulo vicioso y nos preguntamos cuando seremos felices,
    como los Finlandeses? Necesitamos algunos consejos,
    será que la felicidad es mejor educación?
    será mayor estabilidad económica?
    como lograron, que una primer ministra sea mujer a sus 34 años?
    en un país dirigido por mujeres! Nos ayudara a romper paradigmas…
    Con expectativa aguardamos, vuestro retorno.

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